De Sangeeta Parikshak, PhD
Abordar la salud mental, que incluye el bienestar social y emocional de los niños y de los adultos que los cuidan, es clave para abordar el COVID-19. La pandemia del COVID-19 es única porque es un evento adverso que compartimos y que de una forma u otra nos ha afectado a todos. La manera en que nos afecta puede ser diferente en dependencia de factores tales como a qué recursos tiene acceso una persona o dónde vive. A medida que los programas continúan regresando a los servicios integrales completos en persona, han surgido preguntas sobre la mejor manera de apoyar a los niños, a las familias y al personal cuando se trata de su salud mental y bienestar. Esto es especialmente importante, dada la preocupación por la exposición a experiencias adversas durante el año pasado.
Lo primero que hay que recordar, y también enorgullecerse de eso, es que el programa Head Start tiene una larga historia de promover el bienestar y apoyar a los niños y a las familias más vulnerables del país que se enfrentan al estrés, el trauma y la adversidad. Sabemos que los entornos seguros y predecibles y las relaciones receptivas y que fomentan el desarrollo protegen de los efectos del estrés. Esto es válido tanto para la salud mental y el bienestar de los niños, como de los adultos. La salud mental de los adultos y los niños está íntimamente relacionada. Es imposible abordar las necesidades sociales y emocionales de los niños sin antes satisfacer las necesidades de los adultos que los rodean.
Los programas deben considerar lo siguiente a medida que avanzan hacia la prestación de todos los servicios en persona:
- Hacer que la salud mental sea un asunto de todos. Los programas están volviendo a una nueva normalidad y eso trae consigo cierto nivel de incertidumbre. No es raro experimentar ansiedad y sentimientos de dolor y soledad en momentos de incertidumbre y estrés. Para ser fuertes a nivel emocional, es importante etiquetar primero las experiencias por las que hemos pasado y reconocer que no todo el mundo tiene las mismas experiencias.
- Ofrecerles un espacio a las familias y al personal para que compartan sus experiencias. Esto ayudará a saber cómo ajustarse a las necesidades de los niños y las familias tanto en el aula como en el hogar. También ayudará al personal a entender qué apoyo necesitan para hacer su trabajo de manera eficaz.
- Comunicarles a los niños, a las familias y al personal expectativas claras de qué será igual y qué será diferente a medida que continúen recibiendo o comiencen a recibir los servicios en persona. Esto puede ayudar a reducir la ansiedad y a fomentar una sensación de seguridad y protección.
- Dedicar tiempo en el día a restablecer las relaciones. Alimentar las relaciones antiguas y nuevas, y ser parte de la conexión social después de un tiempo de aislamiento social puede servir para mejorar la salud mental y el bienestar de todos en el programa.
- Prepararse para volver a conectarse con los niños que pueden tener necesidades no satisfechas y crear equipos con anticipación para abordar esas necesidades. Esto puede ser particularmente útil para los niños con una discapacidad identificada que tengan un Programa de Educación Individualizada o un Plan de Servicios Familiares Individualizados, o para aquellos niños que estén esperando una evaluación. Esta estrategia también es útil para aquellos niños cuyas necesidades básicas pueden haber quedado insatisfechas durante la pandemia debido a circunstancias como inseguridad alimentaria o carencia de hogar.
Debemos reconocer que muchos miembros de la comunidad de Head Start han experimentado eventos potencialmente traumáticos, tanto antes como durante la pandemia del COVID-19. Todas estas estrategias son parte de un enfoque de atención basado en el trauma: apoyar a las familias al participar en conversaciones significativas, apoyar al personal con lo que necesiten para estar bien en el plano emocional y ayudar a los niños a regular sus emociones a través de las relaciones y la regularidad. Este enfoque reconoce el papel del trauma en la vida de las personas y las empodera, al promover la confianza, las opciones, la colaboración y la seguridad. La atención orientada al trauma es fundamental para satisfacer las necesidades sociales y emocionales de los niños y cumplir con la misión de Head Start.
Así como enseñamos a los niños y les ofrecemos estrategias para ayudarlos a sobrellevar una situación, necesitamos tomar medidas intencionales para fomentar nuestro propio bienestar durante estos momentos de incertidumbre. Hay una serie de estrategias que se deben considerar:
- Etiquetar y reconocer nuestros propios sentimientos.
- Tomar un descanso mental de las noticias y otros factores estresantes.
- Hacer algo que disfrutemos.
- Cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente.
- Enfocarnos en los hechos y educarnos sobre lo que podemos hacer y lo que está bajo nuestro control.
- Ser más pacientes con nosotros mismos y con los que nos rodean.
- Buscar ayuda cuando sea necesario.
Centrarse en la salud mental y en el bienestar es muy importante. Tenemos que hacerlo por nosotros mismos, por nuestras familias, nuestras comunidades y por los niños a los que ofrecemos servicios.
Sangeeta Parikshak es psicóloga infantil clínica licenciada y líder de salud conductual en la primera infancia de la Oficina Nacional de Head Start.