Antes de comenzar el IT³, pida a los cuidadores que piensen sobre un niño concreto; pídales que le cuenten un poco sobre el niño y su estilo de reacción. Usted puede ayudar a generar el pensamiento formulando preguntas como:

• ¿Cuántos años tiene el niño?
• ¿Con quién le gusta estar más?
• ¿Cuáles son las experiencias que más disfruta?
• ¿Qué palabras vienen a la mente primero cuando piensa en este niño?

Usted tendrá que anotar algunos apuntes mientras el cuidador está hablando. Usted puede utilizar sus comentarios más adelante para ayudarles a responder a las preguntas de evaluación o como una referencia cuando se discutan las estrategias específicas de bondad de ajuste.

1. Discuta con los cuidadores la definición de temperamento y repase brevemente las nueve dimensiones del temperamento utilizando la tabla de características del temperamento.
2. Describa el concepto de "bondad de ajuste" y cómo se relaciona con el apoyo al desarrollo social y emocional de un niño. Esta información puede encontrarse en la introducción a la sección Introducción al temperamento.
3. Explique a los padres y cuidadores que este instrumento determinará las "probables" características del temperamento de un niño que pueden ser circunstanciales o una respuesta a algo que están experimentando. Por ejemplo, un niño que es nuevo en el centro puede parecer que tiene una tendencia a retirarse porque está actualmente experimentando una ansiedad ante extraños y de separación. Una vez que el niño se adapta más, puede reanudar su tendencia normal a acercarse al entorno.
4. Acompáñelos en el proceso de utilizar la herramienta consultando el estudio de caso provisto para la capacitación.

1. Pida a cada participante que repase las instrucciones en la parte superior del Instrumento del temperamento de bebés y niños pequeños. Pregúnteles si tienen alguna pregunta.
2. Ayude a los padres y cuidadores mientras hablan a través de sus respuestas a las preguntas de la evaluación utilizando las definiciones de las características del temperamento y los indicadores del comportamiento provistos en la Tabla de características del temperamento.
3. Una vez que el padre de familia o cuidador haya completado las preguntas de la evaluación para un niño, pídale que complete las preguntas de evaluación por sí mismo. Recuérdeles que respondan basándose en sus comportamientos actuales, no cómo preferirían comportarse. Reflexione con los participantes de que no hay rasgos temperamentales "buenos" o "malos"; cada persona nace con un personalidad única que nos hace ser quién somos. Compartir sus observaciones de las interacciones que tengan con los niños en el lugar o dentro del entorno del hogar puede también ayudarlos a responder con precisión a las preguntas de la evaluación.

Después de que ambas partes de la evaluación se hayan completado (adulto y niño), aparecerá una serie de resultados generados automáticamente, así como las recomendaciones correspondientes. Están diseñadas para ayudar a respaldar la bondad de ajuste.

Repase con los padres y cuidadores cada resultado y recomendación. Pídales que provean ejemplos de cómo podrían integrar satisfactoriamente las recomendaciones ofrecidas por el instrumento. Añada esta información a la sección de reflexiones de la hoja impresa. Por ejemplo, si un cuidador tiende a distraerse mientras trabaja con un niño que se distrae menos, porque hay una diferencia aquí, una recomendación será "seguirle la corriente del niño en el juego". Tal vez esto podría hacerse durante el juego libre en el centro.

Cada diferencia en temperamento generará varias recomendaciones y se puede trabajar con el adulto para identificar una o dos que podrían ser la mejor opción basándose en su conocimiento del niño. ¡Juntos, incluso pueden generar nuevas ideas! Ayude a los padres o cuidadores a generar ideas prácticas sobre la integración de esta estrategia, mediante los siguientes tipos de preguntas:

• ¿Qué tipo de experiencias prefiere el niño (es decir, música, arte, juego exterior, etc.)?
• ¿A qué hora ocurre esta experiencia normalmente?
• ¿Cuál podría ser el impacto de extender la duración de la experiencia?
• ¿Cómo se podría mantener un mayor enfoque y participación durante la experiencia?

Cuando hay una similitud entre el temperamento del niño y el padre de familia o el cuidador, reflexionen juntos sobre las estrategias actuales que parecen estar funcionando bien para apoyar la bondad de ajuste. Confirme con ellos la exactitud de los resultados. ¿Parece ser verdad basándose en sus interacciones diarias con el niño? Discuta qué estrategias deben ser continuadas y mejoradas.

Anime a los participantes a añadir algunas ideas específicas para apoyar a este niño en la sección Reflexiones y planificación del resumen generado automáticamente.

Comparta algunos de los siguientes consejos y reflexiones con los cuidadores. Anímelos a considerarlos al trabajar con los adultos para gestionar mejor los asuntos relacionados con el temperamento y apoyar la bondad de ajuste. Es posible que desee abrir la discusión preguntando qué otras sugerencias útiles pueden tener los participantes para usar esta información.

1. Una receta para el éxito
   Cuando se trabaja con bebés y niños pequeños, es importante recordar que ellos, como los adultos, son individuos únicos. Lo que es útil para un bebé puede cambiar diariamente e incluso cambiar dentro del mismo día. También puede que ni siquiera funcione para otro bebé. La flexibilidad y la creatividad sirven de mucho. Podría ser útil pensar de sí mismo como un cocinero siguiendo una receta. Así como un cocinero creativo, flexible y conocedor reconoce que hay ingredientes clave y principios de la cocina que afectan el resultado, hay ingredientes clave y principios que pueden ayudarle cuando su niño tiene una personalidad diferente a la de usted. Sin embargo, no existe un "recetario" para el manejo de las diferencias de temperamento.
2. Evite hacer comparaciones o etiquetar a los niños
   Puede ser tentador comparar a un niño con uno mismo o con otros; por ejemplo, "¿Por qué no puedes ser más como tal niño?" Trate de evitar dichos pensamientos y hacer tales comentarios a los niños. Evite decir cosas como, "Ojalá fueses más sociable", o "Ojalá fueses menos sensible". No son útiles y corren el riesgo de hacer que un niño se sienta incompetente. Puede ser útil usar palabras que indiquen lo que ve y oye en lugar de usar una etiqueta como "tímido". Estas etiquetas pueden perdurar.
3. Vaya más despacio y afloje el horario
   Muchos de nosotros hacemos varias cosas a la vez y corremos de una actividad a la siguiente. Los niños, incluso los que tienen temperamentos activos no han perfeccionado esa habilidad y requieren un poco más de tiempo para la transición entre las actividades que los adultos. Evite tener un horario que no sea lo suficientemente flexible para responder a las necesidades de los niños y sus intereses en desarrollo. Deje espacio en el día para el tiempo no estructurado con un niño.
4. Empatice con los niños pequeños
   Piense en lo vulnerable que se siente ser un niño. Usted depende de alguien más para la comida, una buena noche de descanso, el amor y la tranquilidad. Usted tiene poco control sobre mucho de lo que sucede en la vida. Ver la vida desde la perspectiva de un niño puede no ser fácil, pero una vez se aprende, puede dar claridad a la mejor manera de trabajar con un niño.
5. Recuerde lo positivo
   Es demasiado fácil enfocarse en los desafíos del temperamento de un niño, particularmente cuando no concuerda con el nuestro. Pero por cada inconveniente, hay al menos una gran ventaja. Por ejemplo, es menos probable que los niños con lentitud de adaptación se vean influenciados por la presión de los compañeros; los niños muy activos les va bien en los deportes y cuando son adultos pueden hacer trabajos exigentes y los niños serios tienden a ser analíticos y buenos evaluadores. Busque y reconozca a los niños por sus características y talentos especiales.
6. El objetivo es apoyar, no cambiar
   El objetivo es entender mejor y luego apoyar eficazmente el temperamento de un niño, no para cambiarlo. Los temperamentos hacen que cada niño sea único y notable a su manera.